Tras haber sucumbido a casi todos los pecados (o caprichos o vicios) del ciberespacio (incluido el porno) cuento en primera persona (casi como siempre) mi experiencia de usuario. Sobreviví al myspace creyéndolo un pecado de vanidad extrema y fui capaz de no caer en su red amarrándome con uñas y dientes a mi humilde y arcaico fotolog. ¿Que pinto yo en esa rifa humana en la que se vanaglorian top-friend y se hacen amigos por el mero hecho de engordar una cifra? Me negué a caer. Me tentó y creé un perfil pero el sentimiento de arraigo a ese foto blog en el que los poemas visuales y narrativos eran la única carta de presentación, me ayudó a enterrar esa primera toma de contacto. Sentía que con mi resistencia a caer en las redes (sociales) de autopromoción, estaba revelándome contra un alud que arrastraba a la gran masa a su paso por cada rincón del planeta. Aunque a día de hoy soy el feliz usuario de un fotolog, un facebook, un website, una cuenta en youtube, otra en iloveskate.net, le dedico mis ratos a este blog y es obvio que no puedo declararme un antisistema, esgrimo en estás líneas mis razones para haber elegido estos entornos virtuales para manifestar y compartir mis inquietudes culturales, sociales y de ego. Empieza la juerga:
Fotolog.
Este fue mi primer acercamiento al mundo ciberespacial tras el típico contacto post-adolescente con Messenger. En mi fotolog me creí periodista, feo, prostituta, diseñador grafico, perdedor, mojabragas, comeollas, atractivo, marginal e incluso en contadas ocasiones trasnochadas y etílicas, llegué a sentirme una celebrity (hey tiiiiiio, ¿eres tu el del fotolog? ¿Qué tal? Te leo siempre). Este sinfín de emociones efímeras formadas a base de colages y narraciones medio sentimentaloides medio skate-adictas, creaban un sentimiento interior de estar aportando algo. Aportar siempre me resulto adictivo, así que resumo esta experiencia con la frase “llegué más allá de los amigos y las amantes que veían mis colages y escuchaban mis sandeces y me enganché”.
Myspace
Lo creé. No quería, no quería y no quería, pero me acabé creando uno. Mis argumentos reticentes se basaban en que ahí no tenía nada que aportar, que no importaba el contenido artístico ni narrativo, que eso solo era un escaparate. Sucumbí no se muy bien como ni cuando, pero recuerdo haber creado un perfil y haber subido una foto. La experiencia me devolvió la razón y le dio peso a mis argumentos. “Sal de aquí Javier” “ves como ya está preocupándote por la cifra que marca tu popularidad”. Una vez probada la sangre, recogí mis bártulos y salí pitando de allí. La frase que resume esta experiencia es “Esta mierda no está en mi top”.
Website
El afán aventurero y ese rollo de meterme en todos los charcos (de ahí lo de Subcomandante Charcos) me llevó a embarcarme junto a una periodista recién licenciada en un juego llamado lowfish.net. Yo quería ser diseñador gráfico y periodista sin pasar por las aulas y ella quería manifestarse sin las restricciones de los medios de comunicación existentes. Lo teníamos claro. Trabajamos duro y aunque de los sueños de gloria solo alcanzamos algunas acreditaciones para conciertos y el dulce sabor del “si quieres puedes”, los devaneos de la vida y nuestras respectivas jornadas de 8 horas frente a un monitor del mundo real, aparcaron este proyecto y lo convirtieron en una experiencia más para mi y una línea de texto en el currículo para ella. La frase es: “¿Qué se podía esperar de alguien que utilizó un juego de palabras tan negativo?” (lowfish era un juego de palabras con low-fi. Baja fidelidad vamos)
Facebook
Buscando información sobre empresas de webhosting en el trabajo, uno de los inescrutables caminos de google me llevó a al perfil de facebook de una empresa. Sin saber en lo que me estaba metiendo, accedí a la petición de crear una cuenta en aquello llamado facenosequé para poder acceder a la información referente a la empresa que estaba buscando. Creé un usuario y seguí con mi vida como si aquello no hubiese pasado nunca, pero con el tiempo aquel facenosequé se convirtió en la red social que acapara a la mitad de los que se mueven por Internet. empecé a escuchar el nombre en boca de todos y ya con una cuenta creada, mis esfuerzos por asemejarlo a myspace y salir airoso de sus garras fue inútil. “Si no estás en Internet no existes”
Cuentas en Youtube y iloveskate.net
Lo de tener una cuenta en youtube fue consecuencia de una intentona fallida de dar salida a unos montajes que me hizo un amigo. Mi desconocimiento del mundo de los formatos de vídeo, me incapacitó en aquel momento para llevar a cabo mi misión y relegaron el uso de esta cuenta a la posibilidad de acceder a los contenidos para adultos que la red oferta (que no solo es pornazo, también violencia y asco). Lo de iloveskate.net es una muestra de apoyo a un proyecto llevado a cabo por un skater cuyo éxito celebro. Aunque en principio me emocioné con el portal y subí cuantas fotos de skate tenía en mi computador, he de reconocer que lo tengo un tanto abandonado.Esto es tan solo un síntoma de la saturación que sufro de direcciones de correo y horas de ordenador de oficina. Me encantaría dedicarle más tiempo, pero aún teniendo cuenta en este portal, no accedo a ella y me limito a ver las actualizaciones que me muestra su página de inicio. La frase es “después de trabajar hay que patinar, socializar, amar, fotologuear, facebookear, bloguear…y no doy para más”
El blog
Jesucristo superskater fue el alter ego que me acompaño en mis primeras andaduras redsocialisticas y en alguna que otra ocasión una mascara sobre la que esconder algo de arte callejero. La fascinación por la iconografía del mártir crucificado y flacucho, sumada al mal vicio de sacar las cosas de contexto crearon medio sin querer medio queriendo un personaje ficticio que le roba la fama a la superestrella mas ancestral y desmonta su legado, para convertirlo en un perro callejero cuentavidas. Esto si que es adictivo. Aquí no hay censura. No hay temor a administradores o usuarios intolerantes como en las redes sociales. Aquí eres libre, el trabajo sucio de diseño y programación viene dado y tan solo has de preocuoparte de expresar y mostrar. Aún es mejor si no le das importancia a la repercusión, si lo compartes con tu entorno y esperas a que los derroteros de google te traigan a los desorientados y los curiosos. Esta mierda mola. Lo que escribes puede ser leído allá donde alguien lo quiera leer y lo único que le costara será algo de su tiempo. Este formato de expresión me devuelve la primitiva sensación de poder mostrar al mundo una imagen y un texto que me concedió el fotolog, pero sin limitaciones de espacio o censura. Supera los días de lowfish.net con la posibilidad de no tener que ubicar o direccionar los contenidos, además de evitarme las tareas de promoción y programación. Definitivamente es aquí donde mejor me siento y la frase definitiva es “la blogosfera es ese lugar virtual en el que la utópica anarquía se hizo posible”
Y eso fue todo por el momento. Gracias.