Una banda como The Faction con un integrante tan ligado al skate como Steve Caballero, nos recuerda que el origen de todo esto en lo que estamos metidos, el punk y los sonidos más destructivos y antisistema de California. Internet me los devolvió hoy y no se me ocurre mejor motivo para hablar del viejo y el nuevo skatepunk.
Tras una larga temporada en la que el rap se convertía en la música predominante en vídeos y eventos relacionados con el skate, parece que la trasgresión y el rechazo anárquico por lo establecido, resurge de entre las cenizas y hace mella en las nuevas generaciones de skaters. ¿O no? Quizá me aventure demasiado afirmando que siento vacio el skatepunk actual y que a diferencia de lo que viví en los 90 ahora es un concepto meramente estético. No puedo decir que asumiese al 100% el rol de antitodo cuando pintaba aquellas anarquías y aquellos logos de Dead Kenedys en la lija de mi tabla., pero si que aquel punk era un sentimiento interior y un estilo de vida. Los skater que lo adoptaban, no perdían en ningún momento su identidad como skaters ni su propio aspecto estético. Pantalón y camiseta gigantescos, actitud destructiva (en mi caso aplicada únicamente a la erosión del mobiliario urbano con los ejes) y una marginalidad medio adoptada, medio impuesta, que hacia sentir fuera del canon social y te llevaba a los más alejados parkings o las más mugrientas okupas.
Nofx, Sociedad Alcoholica, Suicidal Tendentes o La Polla Records, ponían banda sonora a sesiones sucias de skate antitecnico, proseguidas de alcohol malo, drogas baratas y mujeres indefinibles. Todo esto asimilado además con la inconsciencia que se asimilan las cosas con la edad del pavo encima.
Viendo hoy el planeta hacerse añicos, me arrepiento en parte de no haber sido el más desparramante en aquellos días autodestructivos y de haber sido un mero observador en lo que refiere a atentados contra la propia mente. Me llevo para siempre al fascismo y la policía como enemigos. La mugre de las naves industriales y alguna teta demasiado madura para mi, me las llevo como pilares sobre los que sostenerme y las cassetes de los Ramones y Escorbuto me las dejo en el disco duro interno por si me entra el pánico.
Ni rollo autentico ni hostias. Es que me parece a mi que estos punkis que veo ahora no se han tomado un kalimotxo de vino y cola Simago en la vida. Todos mis respetos, cada uno con lo suyo. Seguro que mas de uno habrá que sea un destroy y le de cadenazos al que se ponga tonto, pero me huelo que son los menos.
¿Por qué no esnifé clorotilo cuando estuve a tiempo?
Buen día. Hardkore…y paz
The Faction haciendo su tema «skate and destroy» en directo.